09 marzo 2007

El maratón de la muerte


La contaminación ambiental se echa encima del planeta y de sus habitantes de manera inminente. Las consecuencias evolucionan y ya no es cuestión de molestias, olores o ruido. Es un tema de vida o muerte. Un drástico ejemplo de este fenómeno nos lo da cada año el maratón de Hong Kong. El año pasado pereció un atleta de 53 años mientras que la edición de este año, disputada el pasado domingo, ha dejado a su paso un participante en coma y otros 6.000 atendidos por dificultades respiratorias.

La maratón de este año se ha disputado con el debate sobre la muerte del atleta en 2006 aún abierto. Muchos hablan de casualidad y lo argumentan esgrimiendo que el fallecido tenía antecedentes asmáticos. Por otro lado, cada año que pasa confirma las sospechas de que el alto grado de contaminación del aire en Hong Kong tiene una incidencia directa sobre la salud de los participantes. "No es una buena idea correr maratones en un aire intensamente contaminado" afirma Anthony Hedley, jefe del departamento de medicina comunitaria de la Universidad de Hong Kong. "El hecho es que alrededor de los 4.800 (atletas) tratados lo fueron por lesiones musculares y cosas que suceden normalmente en una carrera" argumenta, por otra parte, Ko Wai-lam, presidente del comité organizador.

Lo cierto es que el índice de contaminación del aire (API) subió hasta los 149 puntos en algunos puntos del recorrido de la carrera durante el año pasado. Los estudios indican que si la cifra oscila entre 101 y 200 el esfuerzo físico se reduzca al mínimo. No son, desde luego, las condiciones idóneas para la disputa de una de las pruebas atléticas más duras del mundo con 42 kilómetros de recorrido.

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